El marketing olfativo o aromático consiste básicamente en usar aromas, dentro de los puntos de venta, para ofrecer a los clientes una mejor experiencia de compra y, con ello, influir en sus decisiones y percepciones acerca de los productos.
Asimismo, con esta estrategia de ventas se busca crear un vínculo emocional entre la marca y los clientes, a fin de aumentar la sensación de bienestar de los mismos e, incluso, ganar su fidelidad. Pero, ¿por qué recurrir a los olores?
De acuerdo con el Departamento de Neurogenética y Comportamiento de la Universidad de Rockefeller, los seres humanos son capaces de percibir al menos un trillón de estímulos olfativos, lo que convierte al olfato en el sentido más receptivo de los seres humanos.
Pero no solo eso. También se ha demostrado científicamente que el olfato es el sentido que permite canalizar mayor cantidad de información al cerebro. En 2004, los científicos Richard Axel, de la Universidad de Columbia, y Linda Buck, de la Universidad de Washington, fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina por descubrir que las personas son capaces de recordar miles de olores del pasado, así como imágenes asociadas a ellos.